miércoles, 24 de noviembre de 2010

Pertenezco a una generación que ha heredado la incredulidad en la fe cristiana y que ha creado en sí una incredulidad de todas las demás fes. Nuestros padres tenían todavía el impulso creyente, que transferían del cristianismo a otras formas de ilusión. Unos eran entusiastas de la igualdad social, otros eran enamorados sólo de la belleza, otros depositaban fe en la ciencia y en sus provechos, y había otros que, más cristianos todavía, iban a buscar a Orientes y Occidentes otras formas religiosas con que entretener la conciencia, sin ella hueca, de meramente vivir.
Todo esto lo perdimos nosotros, de todas estas consolaciones nacimos huérfanos. Cada civilización sigue la línea íntima de una religión que la representa: pasar a otras religiones es perder ésta y, por fin, perderlas a todas.
Nosotros perdimos ésta, y también las otras.
Nos quedamos, pues, cada uno entregado a sí mismo, en la desolación de sentirse vivir. Un barco parece ser un objeto cuyo fin es navegar; pero su fin no es navegar, sino llegar a un puerto. Nosotros nos encontramos navegando, sin la idea del puerto al que deberíamos acogernos. Reproducimos así, en la especie dolorosa, la formula aventurera de los argonautas: navegar es preciso, vivir no es preciso.

lunes, 25 de octubre de 2010



La ira que sentimos no es infundada. Años y años de rencor acumulado en nuestras entrañas es la secuela de lo que nos brindaron nuestros amos, bajo su escuela de la perdición y el disimulo, fuimos engañados desde niños por aquellos que decían tutelarnos, sus promesas no fueron más que imposturas de palabreros de profesión y nosotros asentimos en nuestro funesto destino. Creímos en sus discursos, los probamos quedamente, los experimentamos y saboreamos para hallar al final el sabor amargo de la ficción y el desengaño. Rompimos con sus pautas, nos distanciamos de sus esperanzas y sus ilusiones de papel. Caímos varias veces al fango por la seducción de vampiros, vampiros engañosos que nos quieren ver en el barrizal, pero al final nuestra metamorfosis se dio por si sola.
Ya entrada la serena oscuridad  de la noche, lentamente fuimos transformándonos bajo el hechizo de la luna en licántropos solitarios. Nos deslizamos de ser hombres a ser lobos. Dejamos de ser ovejas adictas al gregarismo para ser sombras autosuficientes. El calor nos fue presentado como obligatorio, pero su fuego no nos adoptó, sino que nos consumió por dentro, así hallamos nuestro lugar en el frió, y la protección en el manto etéreo y dolorido de la luna llena.
 Somos los lobos que tenemos el tajo de la aversión y el desprecio en nuestra mirada, camínanos solos entre la nieve, abrazados a los fríos árboles, observamos sigilosamente al ganado con la frente en alto y  el odio en nuestros ojos. Renunciamos al amor, renunciamos a la revolución, renunciamos a la entrega, renunciamos al anhelo, renunciamos al juego entre insectos de ponzoña…aceptamos solamente nuestro sitio en el exilio con mirada deslumbrante de vida, en medio de ovejas con la vida extinta. Caminamos abrazados al luto, al orgullo, a la disolución y la melancolía, pues han resultado ser los únicos sentimientos fieles. Somos la evocación de la llama del fuego y la vitalidad de la rabia en un mundo muerto y seco.

martes, 12 de octubre de 2010

Musica para un suicidio

 Dios creo al mundo en seis dias, al septimo despues de contemplar con horror lo que habia hecho se suicido.


martes, 7 de septiembre de 2010

Reflexion sobre el suicidio

La frustración sobre su misma existencia y la ignorancia de una comunidad egoísta y agresiva se libera en este acto de venganza universal.




Navegando en el profundo e indómito mar de la desilusión, la desesperanza, el asco y el rencor, paso mis días frustrado y tratando de encontrar una salida a la cámara de ejecución en este patíbulo de la muerte. Caminando en fúnebres calles, llenas de planchas de cemento y pavorosas megaestructuras de metal, flores muertas y formas de vida infaustas, pareciera que me dirigiera al altar del espantoso dios Moloch. Y solo un borroso infierno como este podría ser lugar adoración para tan oscuro ídolo.
Un árbol se asoma por cada mil tubos de metal, la forma de nuestras calles son laberintos, llenos de mugre, mal olor y suciedad como en los desagües mas inmundos y el color gris marchito es el dominante en el todo el malsano paisaje. Los cielos grises de smog le dan al ambiente un toque postapocalitptico, como si viviéramos en los residuos de un mundo en cenizas y los rostros neuróticos, borrosos, lastimosos, uniformes e idiotas de la masa de las sombras, que se deslizan por dicho camino de concreto y metales, parecen imágenes de fantasmas que alguna vez estuvieron vivos, mas el día de hoy se hayan en la tierra de los muertos y  esas almas en pena no parecen darse cuenta de si situación ni parecen haberse percatado de su acto de autoinmolación en la isla de los tormentos.

jueves, 2 de septiembre de 2010


Para el pobre existen en este mundo dos grandes formas de palmarla, por la indiferencia absoluta de sus semejantes en tiempos de paz o por la pasión homicida de los mismos, llegada la guerra. Si se acuerdan de ti, al instante piensan en la tortura, los otros, y en nada más.¡sólo les interesas chorreando de sangre, a esos cabrones! Princhrad había tenido más razón que un santo al respecto. Ante la inminencia del matadero ya no especulas demasiado con las cosas del porvenir, sólo piensas en amar durante los días que te quedan, ya que es el único medio de olvidar el cuerpo un poco, olvidar que pronto te van a desollar de arriba abajo. "
"En cuanto a la vida de los individuos, cada biografia es una historia de dolor, pues por regla general cada existencia es una serie continuada de desdichas, que cada cual oculta todo lo posible, porque sabe que los demas rara vez sienten interes o lastima y casi siempre satisfaccion, ante el relato de los dolores que en aquel momento se hayan libres. Quizas no hubiera un hombre que, al final de su vida, si conserva sus facultades y dice lo que siente, desee comenzarla otra vez y no prefiera dejar de existir en absoluto. El famoso monologo de Hamlet no dice es sustancia mas que lo siguiente: Es tan miserable nuestra condicion que es preferible el no ser absoluto, de modo que pudiesemos elegir realmente entre el ser y el no ser, en toda la extension de la frase, habria que recurrir infaliblemente a el, como el desenlace mas envidiable. Pero hay en nosotros algo que nos dice que no es asi, que por este medio no termina todo y que la muerte no es el aniquilamiento absoluto"

sábado, 21 de agosto de 2010




“ Castigaremos aquellos que han nacido indeseables y que se jactan de multiplicarse aun, les enseñaremos que vivir es un abuso, más no un derecho, y que merecen morir, porque ocupan demasiado espacio aumentando la fealdad al mundo, abrumado por el excedente de hombres.
Si los vivos eligen la opción de ser miserables insectos y de pupular en las tinieblas, el rumor y el hedor, estamos aquí para salvar al Hombre exterminando a los abyectos.”

miércoles, 18 de agosto de 2010

lunes, 19 de julio de 2010

El otro día tuve un sueño perturbador. Me hallaba completamente solo en una pradera. La pradera esta colmada de flores silvestres y bellos animales salvajes. Más allá se alcanzaba a divisar un lago y unas grandes montañas. El paisaje era hermoso y mi corazón se hallaba rebosante en gozo por la linda comarca y por hallarme solitario sin tener que compartir el paraíso con nadie. Me asenté en una roca para contemplar la excelsa belleza cuando vi que se acercaba un hombre a lo lejos. El hombre era un enano roñoso y traía consigo un jarro. Se acerco y dijo: Bebe, es lo único que te podemos ofrecer, quieras o no. Los señores del paraíso te ordenamos obedecer. Tome el jarro y lo bebí, el sabor era garrafalmente amargo. Entonces el enano dijo, esto no puede ser así. Y dicho esto el paisaje tomo un radical cambio, surgió una monstruosa metamorfosis. El suelo se torno árido y negro, los animales perecieron y se despellejaron, el lago se seco y las montañas se derrumbaron. Me corazón se mortificó profundamente, estuve apunto de discutir cuando el enano dijo. ¿No te gusta lo que hemos hecho he? En aquel momento señalo con su repugnante dedo hacia una ciénega. Ese es tu lugar, no hay alternativa. Si no te agrada este lugar, nuestro hogar, puedes consolarte solitario ahí. El enano me condujo al lugar y me arrojo. Comencé a hundirme en el fango pero halle una cuerda que conducía hacia fuera. En la desesperación trate de subir, pero casi al llegar a la cima vi de nuevo el lugar por lo que opté quedarme hundido en el lugar, sostenido apenas por la cuerda. Y así estuve, tratando de soportar el hundimiento, pero al ver de nuevo el repulsivo horizonte prefería bajar la cuerda y quedar sumergido en el lodo de la ciénega. Y lo peor de todo fue que el sabor amargo se quedo infinitamente en mi paladar y en mi espíritu

Ahora comprendo ese sueño. El ser humano, al no poder dominarse a si mismo, busca por todos los medios evadir su responsabilidad y se apropia de cualquier forma de vida y deseos elevados. El ser humano domina, moldea, subyuga, transforma y limita las voluntades vitales. Cuando camino y miro los mataderos de cerdos y de pollos, cuando percibo los circos y zoológicos, cuando llego a encontrarme con los lacayos del antirrábico (que para esto objetivamente la única plaga que debería de ser “controlada” o exterminada, para ser mas coherentes, es la especie humana) experimento cierto tipo de extrañeza. Es cuando menos me siento parte de este mundo.
El ser humano, en su infinita y sórdida ociosidad, ha fraguado la peor de los condenas, ha creado las pautas de normalizacion que han de forjar las jaulas invisibles en la que todos los habitantes del planeta hemos de estar enclaustrados. Moldea ha tal grado su propia existencia que, en su resentimiento vil, imputa castigos ejemplares a quien osa no seguir la línea de su sendero, maquiavélicamente trazado. El paraíso que alguna vez fue la tierra ha sido trasformado en un infierno, infierno complaciente para los resentidos y debiluchos humanos enanos. Los que no aceptamos su mundo artificial y muerto somos condenados al exilio. Pero solo hay dos opciones: o adaptarse al estéril terreno o hundirse en el pozo del vacío.
Ahora se que, ya en el entorno libre de fantasías, me encuentro aun abrazado a la cuerda, pero se que no faltara el día en que decida soltarme de ella y hundirme finalmente en el fango de la consumación…

martes, 15 de junio de 2010

La idea del suicido ha navegado ya algunas veces en mi mente. Seria un verdadero respiro el agregado de la nada a mi esencia. Y no es que aborrezca la vida, sino todo lo contrario. Amo demasiadas cosas en el mundo y en la vida. Lo que no tolero es el tener que compartir este mundo y esta vida con los superfluos. Dijo un filósofo: La vida es un manantial de placer; pero donde la chusma va a beber con los demás, allí todos los posos quedan envenenados. Claro, la gran mayoría de los seres humanos viven porque si, porque le es demasiado fácil adaptarse a la tradición y a la costumbre. Si se les llega a preguntar a las personas el motivo de su vida se encontraran siempre las mismas respuestas: poder, dinero, riquezas, prestigio, salud, amor. ¿Amor a que? ¿Al prójimo? Nada más falso, lo único que aman es al dinero y a sus miserables deseos materiales.
Últimamente me almaceno herméticamente mis pensamientos e ideas ¿para que vociferarlos si no serán escuchados?
Me hallo desierto, sobrellevando las tempestades del vacío mientras los necios son felices con su Dios, su fútbol, sus mujeres, sus amigos, sus autos, sus sueños y anhelos fútiles y vulgares.
Me dijeron una vez, no hay lugar para los extranjeros en este mundo, y el único espacio para ellos esta en el exilio. Será un camino duro, brusco, difícil, con demasiadas piedras en el camino, pero el final si ese extranjero no abdica en su viaje al exilio obtendrá toda la gloria que reside en un encuentro profundo y total con el yo mas recóndito, aquel al que la masa jamás podrá acceder, pues el yo mas profundo se pierde cuando comienza la multitud. La multitud desprecia a los extranjeros pero no reconoce jamás su tácita abyeccion en su propia existencia como masa, despojada de todo valor y dignidad reducida a ser una mancha, inservible, anónima y reemplazable.


Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.

Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.

La llama de un incendio
que corra devorando
y muertos apilando
quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano,
volverse todo tea,
y oír como chirrea
¡qué gusto!, ¡qué placer!
Me gusta una campiña
de nieve tapizada,
de flores despojada,
sin fruto, sin verdor,
ni pájaros que canten,
ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre
la muerte en derredor.

Allá, en sombrío monte,
solar desmantelado,
me place en sumo grado
la luna al reflejar,
moverse las veletas
con áspero chirrido
igual al alarido
que anuncia el expirar.

Me gusta que al Averno
lleven a los mortales
y allí todos los males
les hagan padecer;
les abran las entrañas,
les rasguen los tendones,
rompan los corazones
sin de ayes caso hacer.

jueves, 3 de junio de 2010

Arbol



Ese árbol que esta en medio del jardín ¿Que quiere?
¿Por qué se agita con tal fuerza neurótica bajo el viento de otoño?
¿Quiere entrar a la casa?
¿Habitaron el predio que hoy ocupa el cobertizo varios parientes suyos?
¿Son sus nostálgicos hermanos esos muebles de roble, de arce o de nogal que duermen o se mueren de viejos en la estancia?
¿Quiere entrar el árbol  para inmolarse como un Cristo del bosque en el hogar helado?
¿Qué proyecto es el suyo?
¿Qué ocurre en realidad dentro del verde corazón de un árbol bueno como el?

domingo, 30 de mayo de 2010



I
Camine por un camino familiar, rutinario. Dirección que tomaba por lo menos dos veces a la semana. Lugar hediondo, nebuloso, decadente. Era un lote baldío repleto de todo tipo de suciedades, no había ningún árbol, solo hierba, tierra seca y basura. Recuerdo cuando hacia un tiempo llegaron arrojar los cadáveres de hombres mutilados, amordazados y torturados. Era común encontrar perros amarrados asesinados y gallinas degolladas estaban por doquier, era pues tierra de la muerte.

Cierto día me acerque a ver el cadáver en descomposición de un gato y lo que halle, además de un fuerte olor, fue una Biblia mugrienta y un crucifijo. Tome un pedazo de madera, hice un hoyo y enterré la Biblia. Finalmente enterré el crucifijo en la tierra a forma de tumba. ¿Quien estaba muerto y enterrado? El mismo Dios. Lo mas extraño de todo es que en la pared, repleta de grafitis, había una proclama que decía: Jesús, señor, ten piedad de nosotros los pecadores. Aguárdanos tu reino eterno. Amen. Si tienes dificultades acércate el señor. El te auxiliara.

La gran ciudad es solo la sombra de la gran necrópolis de Occidente. Las ciudades son las criptas de la humanidad. Nuestras ciudades nos recuerdan el lugar de las ratas y construimos nuestro espacio convirtiéndolo en una gran alcantarilla.
El ambiente olía a podrido y comprendí el porque. En toda la decadencia se puede olfatear la descomposición y este olor, según un tal Nietzsche, provenía del cuerpo en descomposición del mismo Dios. Pero siendo más minuciosos nos daremos cuenta que en realidad esa peste proviene de la creación máxima de Dios: el ser humano.

II

El vínculo que poseo con los animales no humanos y otras formas de vida puras; y la animosidad que me provocan los “humanistas” me ha llevado a ser categorizado de distintas formas: misántropo, acomplejado, antisocial, anormal, bajo de autoestima, trastornado y demás conceptos tan “delicados”. La gran mayoría de los humanos me importa un comino. Se me ha llamado racista y etnocentrista al despreciar y repudiar la gastronomía china o coreana. Para mi los carnívoros son abominables bestias carroñeras, ¿Dónde esta tu supuesta superioridad de especie despreciable buitre?
Y como siempre estos primitivos carroñeros dirán: “Los depredadores han sido programados por la naturaleza para devorar carne ya otros seres vivos. Es el ciclo de la vida. Si no comes carne estas rechazando el ciclo de la naturaleza”.

Ahora estos homínidos se ponen a hablar de algo de lo que no tienen la mínima idea. Desde que el hombre se ha desunido con la naturaleza y ha tratado de dominarla y domesticarla lo único que ha ganado es la autodestrucción y el triunfo del cataclismo. Su uso del lenguaje lo ha llevado al autoengaño y a la más grande ilusión. Su vida diaria no es más que una estafa y justifica sus mentiras por comodidad.

III
Mira a este desquiciado hombre moderno y racional es un esclavo con grilletes de oro, feliz de agonizar en su jaula de cristal. Hay un cadáver viviente que balbucea palabras de humanismo y progreso. Es una silueta moribunda que se arrastra por los desechos que el mismo engendro.
El ser humano coloco la cuerda alrededor de su propio cuello, después de formársele una erección salto hacia la muerte, este masoquista se ha suicidado y por eso el mundo apesta ha cadáver.

miércoles, 12 de mayo de 2010

¡El ser humano constituye una mancha de ignominia en la naturaleza!



En el mundo hay un solo ser que dice mentiras: el hombre. Todos los demás son auténticos y sinceros, en la medida en que se dan a conocer por lo que son y actúan de acuerdo a lo que sienten. Una expresión emblemática, o quizás alegórica, de esa diferencia fundamental es que todos los animales se desplazan en su apariencia natural, y eso contribuye considerablemente a la impresión que produce al contemplarlo ( algo que por lo menos a mi, sobre todo cuando no están en cautiverio, me alegra profundamente el corazón); mientras que el hombre, debido a su vestimenta, se ha convertido en una caricatura, un monstruo cuyo espectáculo, ya desagradable por este mero hecho, se ve acentuado por la tez blanca que le es tan poco natural y por todas las secuelas de una alimentación contra natura a base de carne, así como por las bebidas alcohólicas, el tabaco, los excesos y las enfermedades. ¡El ser humano constituye una mancha de ignominia en la naturaleza!

lunes, 10 de mayo de 2010

Hoy, día de las madres.




“Las atenciones a las mujeres son, pues naturales, nos esforzamos en consolarlas de la miseria de su sexo, comúnmente nuestras leyes sirven para redoblarla, empezando por las leyes morales y religiosas, las mujeres parecen ser sus victimas, aun mas deplorables al hacerlas consentir en su condición. Durante siglos, las hemos obligado a la gravidez permanente y les inculcamos las ideas más inhumanas, y, ¿Qué cosa más atroz que nuestro ideal de fecundidad?
Degradamos a las mujeres a un nivel de instrumento impersonal y la forzamos a producir a aquellos a los que se inmola.”

“La menstruación, la preñez, el parto y la lactancia, no se puede glorificar semejantes servidumbres, son repugnantes y hacen temblar a muchos hombres, aunque estos escondan el horror que les provoca porque temen ser vistos como monstruos. Lo hombres enamorados fingen olvidarlas, los demás guardan silencio, es un tema que se elude y nos aflige a todos, los musulmanes aseveran que las mujeres se liberaran de ellas cuando estén junto a nosotros en el paraíso, o sea que son pocas las esperanzas de cura, los Judíos dan gracias a Dios todos los días por haberlos hecho varones.”

lunes, 3 de mayo de 2010

La alimentacion del esclavo refleja su abyeccion fundamental.


Pero es cuando se alimenta que el esclavo moderno ilustra mejor el estado de decadencia en que se encuentra. Disponiendo cada vez de menos tiempo para preparar la comida que ingiere, se ve reducido a consumir a la carrera lo que la industria agroquímica produce. Erra por los supermercados en busca de los ersatz que la sociedad de la falsa abundancia consiente en darle. Su elección no es más que una ilusión. La abundancia de los productos alimentarios no disimula sino su degradación y su falsificación. No son otra cosa que organismos genéticamente modificados, una mezcla de colorantes y conservantes, de pesticidas, de hormonas y de otros tantos inventos de la modernidad. El placer inmediato es la regla del modo de alimentación dominante, así como la de todas las formas de consumo. Y las consecuencias que ilustran esta manera de alimentarse se ven por todas partes.
Pero es frente a la indigencia de la mayoría que el hombre occidental se regocija de su posición y de su consumo frenético. Por tanto, la miseria está dondequiera que reine la sociedad mercantil totalitaria. La escasez es el revés de la moneda de la falsa abundancia. Aunque la producción agroquímica es suficiente para alimentar a la totalidad de la población, en un sistema que hace de la desigualdad un criterio de progreso, el hambre no deberá desaparecer jamás.
La otra consecuencia de la falsa abundancia alimentaria es la multiplicación de las fábricas de concentración y el exterminio bárbaro y a gran escala de las especies que sirven para alimentar a los esclavos. Esta es la esencia misma del modo de producción dominante. La vida y la humanidad no resistiran más ante el afán de lucro de unos cuantos.

martes, 27 de abril de 2010

Tu mistica y tu Dios: el dinero.


Como todos los seres oprimidos de la historia, el esclavo moderno necesita de su mística y de su dios para anestesiar el mal que le atormenta y el sufrimiento que le agobia. Pero este nuevo dios, a quien entregó su alma, no es más que la nada. Un trozo de papel, un número que tiene sentido solo porque todos han decidido dárselo. Es por este nuevo dios que estudia, trabaja, riñe y se vende. Es por este nuevo dios que ha abandonado sus valores y está dispuesto a hacer lo que sea. Él cree que entre más plata posea más se librará de la coacción que lo sujeta. Como si la posesión fuera de la mano de la libertad. La liberación es una ascesis que proviene del dominio de sí mismo; un deseo y una voluntad de actuar. Está en el ser y no en el tener. Pero hay que decidirse a no servir ni obedecer más. Falta ser capaz de romper con unos hábitos que nadie, al parecer, osa poner en tela de juicio.

lunes, 26 de abril de 2010

La posibilidad de la destruccion de la tierra es total.



El pillaje de los recursos del planeta, la abundante producción de energía o de mercancías, los residuos y los desechos del consumo ostentoso hipotecan las posibilidades de supervivencia de nuestra tierra y de las especies que la pueblan. Pero para darle paso al capitalismo salvaje, el crecimiento no deberá parar jamás. Hay que producir, producir y volver a producir cada vez más.

Y son los mismos que contaminan quienes se presentan hoy en día como los salvadores del planeta. Esos imbéciles de la industria del espectáculo, patrocinados por las firmas multinacionales, intentan convencernos de que un simple cambio en nuestros hábitos bastará para salvar al planeta del desastre. Y mientras que nos culpan, continúan contaminando sin cesar el medio ambiente y nuestro espíritu. Esas pobres tesis seudo-ecológicas son repetidas por todos los políticos corruptos que necesitan eslóganes publicitarios. Pero se cuidan bien de no proponer un cambio radical en el sistema de producción. Se trata, como siempre, de cambiar algunos detalles para que lo esencial siga siendo igual.

sábado, 24 de abril de 2010


Me han dicho que hay una metafísica a la que me debo someter, que hay un espacio delimitado territorialmente, lingüísticamente y culturalmente que debo respetar, reverenciar y honrar. Le llaman patria unos, otros le llaman nación y sus seguidores dicen ser patriotas y nacionalistas. Adoran un pedazo de trapo e idolatran fantasmas, ideas delirantes y espejismos. Sus discursos son parecidos al del trastornado en el frenopatico que acaba de descubrir su nueva realidad surrealista, al del místico con llagas que habla de salvación divina entre el caos o al del niño que dialoga con su amigo imaginario y trata de convencer a los demás de su veracidad.
Ellos han decidido que van a morir y despedazarse por esta mentira, que encabezaran una carnicería contra sus semejantes maniáticos de la otra nación. Déjales que se maten, entre mas de estos arrebatados mueran mejor será la tierra y descansara de este ensueño llamado nacionalismo y su seguidores. El problema es que en su proyecto absurdo te arrastraran hacia su abismo, y en su demencial ritual de la muerte serás ofrecido en sacrificio.

miércoles, 21 de abril de 2010

La misantropia destronara al humanismo.


Si hay algo que realmente me disgusta es un chino, que bien chino podría ser sinónimo de hampón o de maleante. No hay nada peor que un espécimen de esta calaña que mancha nuestra visión con su imagen patética de vicio, ruindad, mezquindad, fealdad física, lenguaje obsceno, nivel mental por los suelos, bajeza espiritual y lo peor de todo, no soporto ver a estas sanguijuelas sonriendo mientras esta lepra devora el mundo con sus vicios repugnantes y mientras ultrajan la tierra y la naturaleza con su pestilencia oriental. Desprecio a las razas humanas por igual, si, eso esta claro, pero también las mierdas tienen distintos niveles de repugnancia y peste; y los chinos son una mierda que merecen ser borrada del mapa. Si un día su tiranía comunista se expande por el mundo estaremos aun más esclavizados y la humanidad mucho peor que el día de hoy, pues sencillamente la china comunista es una gran pocilga habitada por millones de cerdos, ratas, cucarachas, sanguijuelas y chinches cuya única misión es reproducirse como roedores. Encuentro en el odio ideologico y cultural, totalmente legítimo, fundado y justo una nueva forma de resistencia, y si eres un defensor de la tolerancia y la decadencia humana pues entonces te digo: ¿Porque no te vas a esa cloaca comunista y te reúnes con el resto de pestíferos subsúmanos que mas que humanos se asemejan a trozos de mierda en la alcantarilla? Yo por mi parte invito a la provocacion, a la ruptura, al cambio mas profundo, aunque estop nos lleve a concluciones innombrables.

lunes, 19 de abril de 2010

Karol Mierdilla, alias juan Pablo II, el santificador de la sobrepoblacion.


"¿Cuál es el papa más ruin es cosa imposible de determinar en tanto no inventemos el aparatico que mida la ruindad del alma. Lo que sí se puede en cambio saber, pues lo podemos cuantificar, es cuál fue el más asesino y cuál el más dañino. El más asesino, el italiano Loario da Segni, alias Inocencio III, quien con sus tres cruzadas (la de los albigenses, la cuarta contra los infieles y la de los niños) fue el que más mató o empujó a la muerte. Y el más dañino, el polaco Karol Wojtyla, alias Juan Pablo II, el máximo azuzador de la paridera, quien durante los veintiséis años de su pontificado, sin irle ni venirle, ayudó como nadie a aumentarle a la población del mundo dos mil millones que se dicen rápido pero que excretan mucho. Viajaba en jet privado y se sentía la voz de los pobres. ¡Y pensar que un día en México lo tuve a tiro de piedra! Pasó cagando bendiciones desde su papamóvil por la Avenida Insurgentes frente a mi casa. Polonia lo parió. Pero en vez de repudiarlo o venderlo a un circo, hizo del monstruo su hijo predilecto. ¡Malditos rusos que mataron a cien millones con su comunismo y no sirvieron para acabar con tan pernicioso país! Ante el Tribunal de la Historia desde aquí denuncio a Karol Wojtyla: que lo desentierren y los juzguen como desenterró y juzgó el papa Esteban VII el justiciero al papa Formoso y que le corten los tres dedos de la su puta mano bendecidora, y así, mutilado y semi engullido por los gusanos (mis hermanos gusanos que ya llevan meses envenenándose con él) lo tiremos en procesión solemne al Tiber como una bomba sucia musulmana para que contamine a Roma la Puta, la babilónica. ¿Voy al supermercado Gente. ¿Voy por la carretera? Gente. ¿Llego al aeropuerto? Gente. ¿Tomo el avión? Gente. ¿Me subo al metro? Gente. Gente y más gente, por millones, por billones, por trillones, en las calles, en las autopistas, en los consultorios, en los hospitales, en los bancos, en las putas oficinas de Hacienda, arriba, abajo, detrás, adelante, y más y más y más, andando, circulando, respirando, contaminando, comiéndose a mis hermanos los pollos, a mis hermanas las vacas, a mis hermanos los corderos, a mis hermanos los cerdos, por sus fauces de carnívoros y wojtylescamente excretándolos por sus carnívoros siesos. ¡Ay! Dizque un solo rebaño bajo un solo pastor. ¡Asesinos cagamierdas! Los ríos llevan su mierda al mar mientras se derriten los polos y nos asfixiamos bajo un cielo de smog Wojtyla se pudre impune en la tumba. ¡Santo súbito! Que lo van a canonizar, pero siempre no. Su sucesor, el inquisidor Ratzinger, quiere pero no quiere con eso de que fue un protector de pedófilos como el padre Marcial Maciel... Eso le mancha su hoja de entrada al cielo."

domingo, 11 de abril de 2010

El Angel Lucifer, mas allá de la imagen instituida por el judeocristianismo y el satanismo mas infantil, representaría para mi el odio y la rabia que todos los seres humanos llevamos dentro pero no el odio cínico del demiurgo Yahvé, sino un odio equilibrado con melancolía y cognición.
La melancolía es un Don para los raros espíritus lánguidos que se han apartado de las ilusiones humanas y de la densidad poblacional y de las relaciones falsas que los unen; pero también dicho sentimiento se puede convertir un vicio repugnante que se ha apoderado de cientos de miles de personas.
El odio y la rabia por su parte son más vehementes pero también mucho más impuros que la melancolía y suelen emponzoñarse y degenerase fácilmente si no se tiene la fortaleza para controlarlos. Si el odio no se contamina con signos de locura o corroído con ideas de poder o dinero, podremos tirar a la basura todo el optimismo criminal y la alegría simplona con el. Con el equilibrio de odio y melancolía obtendremos la visión que permitirá otorgarle al fuego la gasolina que incendiara por completo a esta cárcel que llamamos sistema. Por la rabia y el rencor vivimos y con el nos hemos de quedar por siempre. Sabemos que la paz es la más grande mentira y que el odio es nuestra única salida.

jueves, 8 de abril de 2010

No nos dejemos seducir por los ideales humanistas, son obra de mendicidad intelectual.


“Estos hombres marchan sobre nuestras huellas y si esperamos que quieran desengañarse, nos volveremos sus siervos y sus victimas, nuestras mujeres sus prostitutas y nuestras bienes su botín. Cuando hablamos de fraternidad olvidamos que aquellos de enfrente son mendigos y vengativos, feos, malsanos, viciosos, crueles y despóticos, mas malévolos que los peores entre nosotros y mas mentirosos que nuestros mas decididos sofistas.”

Tu fin se encuentra próximo.


El ser humano va a ser aniquilado, tiene que ser aniquilado, merece ser aniquilado. Es ahora, en esta época escabrosa cuando comenzamos a caer de a miles, como moscas infectas que son exterminadas para acabar con su ascosidad. No nos queda otro remedio, no tendremos otra solución mas que desaparecer de la historia y sufrir por nuestras culpas en este mundo, no es suficiente nuestra extinción, por todo lo que hemos hecho seremos castigados con zero tolerancia y la tortura comienza apenas a vislumbrase. Somos como moscas, nos colocamos en su mismo nivel de insecto nauseabundo y no mereceos más que el mismo destino que ellas: ser aplastados por una mano omnipotente. El hambre, las guerras, el desempleo, los desastres naturales, la violencia desatada, la depresión, las distorsiones sicológicas y las pestes cumplirán con su divina misión. Cuando no quede hombre sobre la tierra entonces y solamente entonces toda la belleza se posara de nuevo sobre la tierra.

"Para millones y millones de seres humanos el verdadero infierno es la Tierra."

martes, 23 de febrero de 2010

"La catástrofe es necesaria, la catástrofe es deseable, la catástrofe es legítima, la catástrofe es providencial, el mundo no se renueva por menos y, si el mundo no se renueva, deberá desaparecer con los hombres, que lo infectan."

sábado, 23 de enero de 2010


El único alcance que tiene el pueblo de acceder a un nivel aristocrático son las universidades. Desde nuestra infancia somos ultrajados mentalmente e instruidos ideológicamente toda nuestra vida para este momento. Muchos se quedaran en el camino, los gastos y la miseria del mundo se los impedirá, las leyes monetarias internacionales decretaran que no todos tienen el derecho a la educación académica y que los pobres y con menos recursos son los menos aptos, con la tiranía del dinero muchos quedaran fuera, incluso algunos genios o librepensadores con grandes capacidades de cuestionamiento serán rechazados por la ley del libre mercado. No obstante, en otros casos la mínima capacidad intelectual de los subalternos y su obtusa y estrecha mente harán que todos sus intentos fracasen pues hay subhumanos que sencillamente no tiene la capacidad para poder salir de la miseria intelectual. Otros raros se detendrán pensando ¿Realmente esta institución lograra satisfacerme? Y al darse cuenta que la balanza de los intereses esta en desventaja se decide abandonar el camino académico y optar por proyectos más remunerables o de mayor interés particular. Los que logren acceder a la institución académica encomiada serán entonces victimas de la más cruel estafa que puede concebir cualquier iluso que considere la universidad como su salvación y su escalera que lo elevara a la par de los envidiados eruditos y profesionales. Estos tipos han sido bautizados agentes, conserjes y vigilantes del capital, de la dictadura monetaria y comercial y prácticamente de la gran cárcel que llamamos “Mundo”. El ser bautizado para el capital, bajo el ritual de los “sabios” por medio del otorgamiento del titulo de “Maestro” o “Especializado” o sencillamente “Licenciado”, estamos firmando el contrato de una superioridad que se basa en la sumisión y sometimiento directo a los poderes de este mundo. El nuevo aristócrata del conocimiento creerá que tiene la verdad, su elocuencia y sus sistemas de ideas serán incuestionables para sus alumnos y sus delegados. Se crearan alrededor de el un circulo de admiradores y defensores de todo tipo. A lo largo de su carrera como aristócrata de las ideas ira atesorando trofeos y medallas de honor que engrandecerán su vanidad y desprecio por sus súbditos y subordinados. Estos lo verán como un dios del discernimiento, creerán en cada palabra que dice, los discursos pronunciados por este serán solo una serie de sofismas considerados como verdades y la masa de subordinados terminara por aceptar tales argumentos, imaginaran que están frente a un gran genio y debido a su obcecación no podrán ver su verdadera faceta: la del sofista del capitalismo y la democracia.
Toda su verdad será la verdad de los poderes del mundo y los dueños del mismo darán huesos que roer al sabio, como el amo que complacido acaricia la panza de su perro dulce y dócil. Nosotros poseemos una verdad mucho mas cierta y rica que cualquiera de las que estos sabios dicen poseer: nosotros sabemos que su sentimiento aristocrático y de progreso es falso y que sus sistemas de ideas son ladrillos dentro de la gran pirámide cárcel que los humanos llamamos sociedad. La educación no es una forma de emancipación sino de enajenación, no es una forma de liberación sino de esclavitud, la universidad da beneficios solo a aquellos que demuestran ser fieles, manejables y resignados y los verdaderos sabios renunciamos a sus patrañas. El auténtico filósofo es aquel que en la sencillez y hasta en la indigencia, introduce y da vida al pensamiento.(E. Cioran)
Los sabios del mundo no se hallan tras escritorios ni doctorados, sino en las calles, los frenopaticos, la desocupación y las cárceles.

viernes, 22 de enero de 2010

“Me ha llegado una revelación tabú, una balada cantada por la parvada de buitres de la defunción absoluta: El infinito es la carencia del todo universal imperecedero, solo podemos acceder al único conocimiento innegable, suficiente para comprender nuestro realidad: la muerte es el único valor, nuestro único fin y objetivo, es el manto de una madre que cobija a su hijo en el útero de la oscuridad; pero la misma muerte, al obsequiarnos tan vehemente develamiento hace que se desmorone toda forma de tentación. Muerte y absurdo caminan de la mano como dos almas gemelas. Los maestros del engaño enaltecen la vida, como el pastor que protege a su ganado solo para más tarde poder sacrificarlo y obtener todos los beneficios de su carne muerta.
Una bala en la cabeza de todos los humanos seria la única muestra de orden en este mundo entropico.”

jueves, 21 de enero de 2010


Los predicadores del humo, hoy, en esta misma era apocalíptica, se empeñan en hacernos creer en la perniciosa esperanza y su optimismo terminara por liquidarnos; sus esfuerzos comienzan a cosechar frutos putrefactos y no podremos evitar lo irrevocable. Estos arguciosos de lo inmortal, estas rameras de la devoción, corruptores de lo eterno y falsificadores por excelsitud divina, no satisfechos con su propia autodestrucción nos arrastran en su alud de patrañas y su propia espiral degenerativa. Nos tratan de viciar con sus roñosas ideas de caridad y resignación , el ofuscado amor a la vida, y el hipocrita amor al projimo; nos exigen desprendernos de la abogacía sobre el aborto, el suicidio, el magnicidio, la eutanasia, la sodomía y la perversión sexual, y lo mas inicuo de todo: se empeñan en defender el derecho a la sobrepoblación; tal es la jurisprudencia de la degeneración humana, que tiene por objetivo convertir la tierra en nidos de millones de sanguijuelas.

"El Infierno, que llevamos en nosotros, corresponde al Infierno de nuestras ciudades, nuestras ciudades están a la medida de nuestros contenidos mentales, la voluntad de muerte preside el furor de vivir y no alcanzamos a distinguir cuál nos inspira, nos precipitamos sobre los trabajos recomenzados y nos jactamos de elevarnos a las cimas, la desmesura nos posee y sin concebirnos a nosotros mismos, seguimos edificando. Pronto el mundo no será más que un astillero donde, igual que las termitas, miles de ciegos, afanados por perder aliento, se afanarán, en el rumor y en el hedor, como autómatas, antes que despertarse, un día, presas de la demencia y de degollarse unos a otros sin cansancio. En el universo, donde nos hundimos, la demencia es la forma que tomará la espontaneidad del hombre alienado, del hombre poseído, del hombre excedido por los medios y convertido en esclavo de sus obras. La locura se incuba desde ahora bajo nuestros edificios de cincuenta pisos, y a pesar de nuestros intentos por desenraizarla, no lograremos reducirla, ella es ese dios nuevo que no tranquilizaremos ni rindiéndole una especie de culto: es nuestra muerte lo que incesantemente reclama."

domingo, 17 de enero de 2010


“Dadme un punto de apoyo”, dijo Arquímedes, “y moveré el mundo.” La fanfarronada era muy segura, porque él sabía muy bien que no había punto de apoyo, y nunca lo habría. Pero suponga que él hubiese movido la Tierra; ¿Y qué? ¿En qué hubiese beneficiado eso a nadie? El trabajo nunca habría cubierto gastos, mucho menos hubiese dejado dividendos, así que, ¿De qué servía hablar de ello? Por lo que los astrónomos nos cuentan, debo entender que la tierra ya se mueve bastante rápidamente, y, si hubiese algunos chiflados que estuviesen insatisfechos con su marcha, para lo que a mí me importa, bien pueden empujarla ellos mismos; yo no movería un dedo ni suscribiría un solo penique para apoyar nada parecido.

Por qué un compañero como Arquímedes debería ser considerado un genio, es algo que nunca he podido comprender. Jamás he sabido que hiciese una fortuna, ni que hiciese algo de lo que valiese la pena hablar. Respecto a ese último contrato que emprendió, era la peor chapucería que yo haya conocido; el asumió la tarea de mantener a los Romanos fuera de Siracusa; Intentó una treta tras otra, pero ellos entraron de todos modos, y cuando le tocó enfrentarlos limpiamente, también en eso se quedó corto; un simple soldado, de una manera muy empresarial, acabó con todas sus pretensiones.

Es evidente que era un hombre sobrevaluado. Tenía el hábito de armar un gran escándalo por sus tornillos y palancas, pero su conocimiento de la mecánica era realmente muy limitado. Yo mismo no me considero un genio, pero conozco una fuerza mecánica mas poderosa que cualquier cosa que hubiese soñado el jactancioso ingeniero de Siracusa. Es la fuerza del monopolio de la tierra; Es un tornillo y una palanca, todo en uno; desatornillará hasta el último penique de los bolsillos de un hombre, y torcerá todo sobre la tierra para servir a su propia voluntad despótica. Dadme la propiedad privada de toda la tierra, y yo ¿moveré la tierra? No; pero haré más que eso. Me encargaré de hacer esclavos a todos los seres humanos sobre su faz. No esclavos encadenados exactamente, pero esclavos de todos modos. Qué idiota sería encadenarlos. Tendría que darles sales y senas cuando se enfermasen, y darles latigazos para que trabajen cuando haraganean.

No, no es suficiente. Con el sistema que propongo, los muy tontos se imaginarían que son libres. Yo obtendría resultados óptimos, y no tendría ninguna responsabilidad. Ellos cultivarían el suelo; cavarían hacia las entrañas de la tierra en busca de sus tesoros ocultos; construirían ciudades, ferrocarriles y telégrafos; sus navíos surcarían los océanos; trabajarían y trabajarían, inventarían e idearían; sus almacenes estarían llenos, sus mercados repletos, y: Lo hermoso de todo el asunto sería que todo cuanto hiciesen me pertenecería.

Funcionaría de la siguiente manera, como verá: Siendo yo el propietario de toda la tierra, ellos tendrían que pagarme renta, por supuesto. No sería razonable que esperasen que yo les permita utilizar la tierra por nada. No soy un hombre insensible, y al fijar el valor de la renta sería muy liberal con ellos. De hecho, les permitiría que ellos mismos lo fijasen. ¿Qué podría ser más justo? He aquí un lote de tierra, digamos, una granja o una zona residencial, o cualquier otra cosa – si tan solo hubiese un hombre que la quisiese, pues claro que no me va a ofrecer mucho, pero si el terreno realmente valiese algo, no es probable que se produzca tal circunstancia. Por el contrario, habría un número considerable de individuos que la querrían, y que empezarían a pujar y pujar, uno contra el otro, con el fin de obtenerla. Yo aceptaría la oferta más alta – ¿Qué podría ser más justo? Cada aumento de población, cada extensión del comercio, cada avance en las artes y las ciencias aumentaría el valor de la tierra, como todos sabemos, y la competencia que naturalmente surgiría, continuaría haciendo subir las rentas, tanto así, que en muchos casos a los inquilinos les quedaría muy poco o nada para sí mismos.

En este caso, cierto número de los que pasan tiempos difíciles buscarían un préstamo, y a aquellos que no la pasan tan mal, por supuesto, se les ocurriría que, si tan solo tuviesen más capital, podrían extender sus operaciones, y así hacer sus negocios más provechosos. Aquí entro yo de nuevo. El hombre que todos necesitan; un benefactor habitual de mi especie, siempre presto a ayudarles. Con la enorme renta que cobro, puedo proveerles de fondos, hasta donde pueda yo obtener seguridad; no podrían esperar que yo hiciese más que eso, y en cuestión de intereses sería igualmente generoso.

Les permitiría fijar la tasa de interés exactamente de la misma forma en que fijaron la renta. Los tendría agarrados por el cuello, y si no llegasen a pagarme, sería la cosa mas sencilla del mundo vender sus bienes para compensarme. Puede que se lamenten de su suerte, pero los negocios son los negocios. Debieron haber trabajado más duro y ser más productivos. Cualquier inconveniencia que sufriesen, sería su problema, no el mío. ¡Qué gloriosos momentos pasaría! Renta e interés, interés y renta, y sin ningún límite para ninguno, excepto la capacidad de los trabajadores para pagar. Las rentas subirían y subirían, y ellos continuarían empeñando e hipotecando; y así irían cayendo, uno tras otro; sería el deporte más entretenido jamás visto. Así, con la sencilla palanca del monopolio de la tierra, no solo el mismísimo globo terráqueo, sino todo cuanto hay sobre el mismo, acabaría por pertenecerme. Sería rey y señor de todo, y el resto de la humanidad serían mis más fieles esclavos.

No necesita decirse que sería inconsistente con mi dignidad asociarme con el común denominador de la humanidad; no será muy político de mi parte decirlo, pero, de hecho, no solo odio el trabajo, sino que también odio a aquellos que trabajan, y no desearía tener a sus apestosas humanidades cerca de mí a ningún precio. Muy por encima de la despreciable horda, me sentaría en mi trono, rodeado de un círculo de devotos adoradores. Elegiría solo a quienes mi corazón deseara para ser mis compañeros. Les condecoraría con medallas y cachivaches para espolear su vanidad; considerarían un honor besar mi guante, y le rendirían homenaje a la mismísima silla en la que me siento. Los valientes morirían por mí, los piadosos rezarían por mí, y las jóvenes más hermosas se desvivirían por complacerme. Para la apropiada administración de los asuntos públicos establecería un parlamento, y para la preservación de la ley y el orden tendría soldados y policías, todos los cuales habrán jurado servirme fielmente; no recibirían mucha paga, pero su elevado sentido del deber sería garantía suficiente de que cumplirían los términos de su contrato.

Fuera del encantador círculo de mi sociedad, habría otros, luchando por ganarse mis favores; y detrás de estos habría otros distintos que estarían siempre luchando por ascender a los rangos de aquellos enfrente de éstos;, y así sucesivamente, cada vez más atrás y más abajo, hasta llegar a los rangos inferiores de los trabajadores, eternamente trabajando y eternamente luchando tan solo para vivir, con el infierno de la pobreza eternamente amenazando con engullirlos. El infierno de la pobreza, ese ámbito exterior de oscuridad donde solo hay llanto y lamentos y el rechinar de dientes – la Gehena social, donde el gusano nunca muere, y el fuego jamás se apaga – he aquí un látigo mucho más efectivo que el más certero flagelo del esclavista, acechándoles de día, causándoles pesadillas de noche, absorbiendo la sangre de sus venas, y persiguiéndoles con implacable constancia hasta sus tumbas. Muchos, en la flor de su juventud, empezarían llenos de esperanza y con altas expectativas; ¡pero, a medida que avanzan, desilusión tras desilusión, la esperanza cedería paso gradualmente a la desesperación, la copa prometida de la alegría se tornaría amarga, y hasta el más santo de los afectos se volvería una flecha envenenada clavada en el corazón!

¡Qué hermoso arreglo – la ambición jalonándoles por delante, la necesidad y el miedo empujándoles por detrás! En los intereses conflictivos que estarían involucrados, en la competencia despiadada que prevalecería, en la enemistad que se engendraría entre los hombres, entre marido y mujer, padre e hijo, yo, por supuesto, no tomaría partido. Habría mentiras y trampas, maltratos de los patronos, deshonestidad de los sirvientes, huelgas y protestas, asaltos e intimidación, riñas familiares y disputas interminables; pero todo esto no sería mi problema. En la serena atmósfera de mi paraíso terrenal, estaría a salvo de todo mal. Me deleitaría con los más deliciosos manjares, y paladearía vinos de la mejor cosecha; mis jardines tendrían las terrazas más magníficas y las más bellas arboledas. Caminaría entre el exhuberante follaje de los árboles, las fragantes flores, el canto de las aves, el chorrear de las fuentes, y el chapoteo de aguas tranquilas. Mi palacio tendría muros de alabastro y cúpulas de cristal, habría muebles de la más exquisita artesanía, alfombras y cortinas de los más ricos tejidos y las más finas texturas, pinturas y esculturas que fuesen milagros del arte, jarrones de oro y plata, las gemas más puras brillando en sus montajes, las voluptuosas notas de la música más dulce, el perfume de las rosas, los sillones más suaves, una horda de lacayos que vienen y van según mi capricho, y una perfecta galaxia de belleza para estimular el deseo, y administrar a mi placer. Así pasaría las horas felices, mientras a lo largo del mundo se consideraría un signo de respetabilidad el imitar mis virtudes, y en todas partes se cantarían himnos en mi honor.

Arquímedes nunca soñó nada como eso. Sin embargo, con la tierra como mi punto de apoyo y su propiedad privada como mi palanca, todo eso es posible. Si se dijese que la gente acabaría por detectar el fraude, y que con rápida venganza nos arrojarían a mí y a mis parásitos adoradores a la perdición, yo les respondo, “Nada de eso, la gente es más buena que el pan, y lo soportarían como si fuesen de ladrillo – y apelo a los hechos de hoy para que sean mis testigos.

viernes, 15 de enero de 2010




“Por cada lagrima vertida por el hombre una sonrisa orgásmica de gozo se forma en el semblante divino de Yahvé”
“Nunca volveremos a verlos y por eso mismo los amamos, la nada es el precio del amor y el amor es la corona de la nada, es bueno que así sea, el tiempo y la persona se confunden, el amor y la nada se corresponden, llamo sofistas aquellos que nos engañan sobre este tema. El aprendizaje del consentimiento anuncia la grandeza, y la vida eterna es aquella que vivimos en este mundo, nunca en otra parte, no existe otra parte cuando dejamos de ser ¡He aquí lo que debemos enseñar, he aquí lo que merecemos aprender y he aquí, sin embargo, lo que nos niegan e incluso por lo que nos castigarían si llegásemos a creerlo!”

lunes, 4 de enero de 2010


"El Nacionalismo es una enfermedad universal cuya curación será la muerte de los frenéticos, no podemos subsistir en un mundo cada vez más estrecho con ideas tan perjudiciales, y en consecuencia pereceremos. El historiador del futuro dirá que la naturaleza se vengó de los pueblos comunicándoles un espíritu de vértigo, y que el Nacionalismo es un frenesí igual al que se apodera de las sociedades animales, demasiado numerosas. Somos demasiados y queremos morir, necesitamos un pretexto noble y helo aquí, es el carácter, el más perfecto que existe, de la posesión y de la alineación que nos permite entregarnos crecientemente, según las necesidades, a los actos más despreciables, nos embriaga de nosotros mismos consagrándonos al sacrificio, nos vuelve monstruosos cándidamente, autoriza a nuestras virtudes a prevenirse del atributo de todos los vicios y -lo que es mejor- escogerá para nosotros lo que deseamos y no osamos elegir. Estamos completamente perdidos, la enfermedad no perdona ya a ninguna nación y todos los países se parecen hasta en el tipo de furor que los opone y los anima a degollarse unos a otros."