
"El Nacionalismo es una enfermedad universal cuya curación será la muerte de los frenéticos, no podemos subsistir en un mundo cada vez más estrecho con ideas tan perjudiciales, y en consecuencia pereceremos. El historiador del futuro dirá que la naturaleza se vengó de los pueblos comunicándoles un espíritu de vértigo, y que el Nacionalismo es un frenesí igual al que se apodera de las sociedades animales, demasiado numerosas. Somos demasiados y queremos morir, necesitamos un pretexto noble y helo aquí, es el carácter, el más perfecto que existe, de la posesión y de la alineación que nos permite entregarnos crecientemente, según las necesidades, a los actos más despreciables, nos embriaga de nosotros mismos consagrándonos al sacrificio, nos vuelve monstruosos cándidamente, autoriza a nuestras virtudes a prevenirse del atributo de todos los vicios y -lo que es mejor- escogerá para nosotros lo que deseamos y no osamos elegir. Estamos completamente perdidos, la enfermedad no perdona ya a ninguna nación y todos los países se parecen hasta en el tipo de furor que los opone y los anima a degollarse unos a otros."
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