lunes, 4 de enero de 2010


"El Nacionalismo es una enfermedad universal cuya curación será la muerte de los frenéticos, no podemos subsistir en un mundo cada vez más estrecho con ideas tan perjudiciales, y en consecuencia pereceremos. El historiador del futuro dirá que la naturaleza se vengó de los pueblos comunicándoles un espíritu de vértigo, y que el Nacionalismo es un frenesí igual al que se apodera de las sociedades animales, demasiado numerosas. Somos demasiados y queremos morir, necesitamos un pretexto noble y helo aquí, es el carácter, el más perfecto que existe, de la posesión y de la alineación que nos permite entregarnos crecientemente, según las necesidades, a los actos más despreciables, nos embriaga de nosotros mismos consagrándonos al sacrificio, nos vuelve monstruosos cándidamente, autoriza a nuestras virtudes a prevenirse del atributo de todos los vicios y -lo que es mejor- escogerá para nosotros lo que deseamos y no osamos elegir. Estamos completamente perdidos, la enfermedad no perdona ya a ninguna nación y todos los países se parecen hasta en el tipo de furor que los opone y los anima a degollarse unos a otros."

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