“Me ha llegado una revelación tabú, una balada cantada por la parvada de buitres de la defunción absoluta: El infinito es la carencia del todo universal imperecedero, solo podemos acceder al único conocimiento innegable, suficiente para comprender nuestro realidad: la muerte es el único valor, nuestro único fin y objetivo, es el manto de una madre que cobija a su hijo en el útero de la oscuridad; pero la misma muerte, al obsequiarnos tan vehemente develamiento hace que se desmorone toda forma de tentación. Muerte y absurdo caminan de la mano como dos almas gemelas. Los maestros del engaño enaltecen la vida, como el pastor que protege a su ganado solo para más tarde poder sacrificarlo y obtener todos los beneficios de su carne muerta.
Una bala en la cabeza de todos los humanos seria la única muestra de orden en este mundo entropico.”
viernes, 22 de enero de 2010
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