sábado, 23 de enero de 2010


El único alcance que tiene el pueblo de acceder a un nivel aristocrático son las universidades. Desde nuestra infancia somos ultrajados mentalmente e instruidos ideológicamente toda nuestra vida para este momento. Muchos se quedaran en el camino, los gastos y la miseria del mundo se los impedirá, las leyes monetarias internacionales decretaran que no todos tienen el derecho a la educación académica y que los pobres y con menos recursos son los menos aptos, con la tiranía del dinero muchos quedaran fuera, incluso algunos genios o librepensadores con grandes capacidades de cuestionamiento serán rechazados por la ley del libre mercado. No obstante, en otros casos la mínima capacidad intelectual de los subalternos y su obtusa y estrecha mente harán que todos sus intentos fracasen pues hay subhumanos que sencillamente no tiene la capacidad para poder salir de la miseria intelectual. Otros raros se detendrán pensando ¿Realmente esta institución lograra satisfacerme? Y al darse cuenta que la balanza de los intereses esta en desventaja se decide abandonar el camino académico y optar por proyectos más remunerables o de mayor interés particular. Los que logren acceder a la institución académica encomiada serán entonces victimas de la más cruel estafa que puede concebir cualquier iluso que considere la universidad como su salvación y su escalera que lo elevara a la par de los envidiados eruditos y profesionales. Estos tipos han sido bautizados agentes, conserjes y vigilantes del capital, de la dictadura monetaria y comercial y prácticamente de la gran cárcel que llamamos “Mundo”. El ser bautizado para el capital, bajo el ritual de los “sabios” por medio del otorgamiento del titulo de “Maestro” o “Especializado” o sencillamente “Licenciado”, estamos firmando el contrato de una superioridad que se basa en la sumisión y sometimiento directo a los poderes de este mundo. El nuevo aristócrata del conocimiento creerá que tiene la verdad, su elocuencia y sus sistemas de ideas serán incuestionables para sus alumnos y sus delegados. Se crearan alrededor de el un circulo de admiradores y defensores de todo tipo. A lo largo de su carrera como aristócrata de las ideas ira atesorando trofeos y medallas de honor que engrandecerán su vanidad y desprecio por sus súbditos y subordinados. Estos lo verán como un dios del discernimiento, creerán en cada palabra que dice, los discursos pronunciados por este serán solo una serie de sofismas considerados como verdades y la masa de subordinados terminara por aceptar tales argumentos, imaginaran que están frente a un gran genio y debido a su obcecación no podrán ver su verdadera faceta: la del sofista del capitalismo y la democracia.
Toda su verdad será la verdad de los poderes del mundo y los dueños del mismo darán huesos que roer al sabio, como el amo que complacido acaricia la panza de su perro dulce y dócil. Nosotros poseemos una verdad mucho mas cierta y rica que cualquiera de las que estos sabios dicen poseer: nosotros sabemos que su sentimiento aristocrático y de progreso es falso y que sus sistemas de ideas son ladrillos dentro de la gran pirámide cárcel que los humanos llamamos sociedad. La educación no es una forma de emancipación sino de enajenación, no es una forma de liberación sino de esclavitud, la universidad da beneficios solo a aquellos que demuestran ser fieles, manejables y resignados y los verdaderos sabios renunciamos a sus patrañas. El auténtico filósofo es aquel que en la sencillez y hasta en la indigencia, introduce y da vida al pensamiento.(E. Cioran)
Los sabios del mundo no se hallan tras escritorios ni doctorados, sino en las calles, los frenopaticos, la desocupación y las cárceles.

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